miércoles, marzo 14, 2007

¡Oh Dios ¿hasta cuando voy a sufrir?! 2º parte


¡Oh Dios ¿hasta cuando voy a sufrir?! 2º parte

En la primera parte vimos los sufrimientos que nos toca pasar por no poner atención a los consejos de Dios. Sufrimientos evitables que si han ocurrido en nuestra vida, convendría pedir perdón a Dios y ayuda para enfrentarlos y poder remediarlos.
Ahora también existe otro tipo de sufrimientos que se deben de afrontar, situaciones en las que nos vemos envueltos sin haberlas ocasionado nosotros; problemas, enfermedades, desilusiones amorosas, etc. Situaciones en las que nos sentimos tan decaídos que podríamos llegar a pensar en dejar a Dios, por lo fuertes y duraderas que muchas veces llegan a ser.
La Biblia esta llena de promesas para situaciones como esas, Jesús dijo: en el mundo tendrán aflicciones pero yo vencí al mundo, dándonos a entender que debemos afirmarnos en su poder y consejo en el tiempo de dificultad.
Antes de que Jesús fuera al cruz, El oro por sus seguidores, en el evangelio de Juan capitulo diecisiete, El orando pidió a Dios por los que estaban con El, pero también pidió a Dios por nosotros, por ti y por mi; ósea por los que hoy somos cristianos, los que hemos recibido a Jesús en nuestro corazón. Jesús dijo: Padre te pido por mis discípulos pero también por los que conozcan de mi salvación por la palabra de ellos.
Además pidió en su oración para que todos seamos uno, ¿puedes imaginarte siendo uno con Dios y Jesús en su Espíritu?; tú, yo, y Dios Padre, hijo y Espíritu todos siendo uno.

Veamos como oro Jesús. Jesús dijo: Papa yo me voy para estar contigo, yo cuide a los que me diste, mis discípulos, pero ahora te pido que Tú los cuides a ellos y que cuides a los que vendrán después (incluidos tú y yo). Además dijo: para que todos sean uno. Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Si nos afirmamos de estos textos en el tiempo del sufrimiento, veremos que no estamos solos; Dios, Jesús y su Espíritu Santo están con nosotros, incluso en el momento de soledad y sufrimiento. Jesús oro por nosotros y yo creo que esa oración tuvo respuesta de parte de Dios.
Si estas en un periodo de prueba, sufriendo y sintiéndote desfallecer, recuerda las palabras de Jesús; El, Dios y su Espíritu están junto a ti y los otros cristianos cercanos a ti, también estarán ahí.

Ahora si esta sen una actitud de molestia hacia Dios diciendo: “yo soy cristiano y no debería sufrir así”, “Dios esta siendo injusto” y cosas como esas, te invito a pensar en dos cosas
1 las dificultades fueron puestas para nuestro bien si es que somos hijos de Dios.
2 la Biblia enseña que el amor es sufrido, también que Dios es amor, si Dios es amor y el verdadero amor es sufrido, ¿podría ser que Dios sufra por su amor a la humanidad? Al ver el sufrimiento humano, o la desobediencia del hombre y mas aun el sufrimiento de sus hijos.
Y que hay del sufrimiento físico de Jesús por amor a nosotros en la cruz. No quiero asegurar que mi Dios es un Dios sufriente, pero no creo que El sea como esa caricatura de dios que hicieron los griegos en que los dioses no se interesaban por los hombres y solo buscaban su propia felicidad.
Dios conoce nuestro sufrimiento en su postura de Dios poderoso y también conoce el sufrimiento en carne y hueso en la persona de Jesús.
Si hay sufrimiento en tu vida ora y pide fortaleza y compañía de Dios y agradécele por estar ahí contigo junto a Jesús y su Espiritu.

viernes, marzo 09, 2007

¡OH DIOS HASTA CUANDO VOY A SUFRIR!


¡Oh Dios ¿hasta cuando voy a sufrir?! 1º parte

Creo que más de alguna vez nos hemos dirigido así al conversar con Dios. Nos sentimos tan miserables y cansados que comenzamos a pedir casi exigiendo que ya se termine nuestro sufrimiento (como esa seuda iglesia que promociona pare de sufrir).
Lo gracioso de todo esto es que muchos de nuestros sufrimientos o problemas los conseguimos nosotros mismos; es verdad que hay situaciones que se escapan de nuestras manos y nos llevan hacia una prueba muy fuerte y difícil, pero también es verdad que a veces los problemas nacieron de una desobediencia o poca atención a los consejos amorosos de Dios. Por ejemplo, son muchas las veces en que e conversado con personas cristianas que dicen que están sufriendo en sus noviazgos, yo les pregunto; ¿tu novio (o novia) es cristiano? Me contestan no; y con pena les digo, ese sufrimiento lo creaste tu mismo, Dios te ama tanto que te recomendó no buscar un novio no creyente, tú no seguiste el consejo y ahora sufres. Otras veces algún papa me dice: estoy sufriendo tanto porque mi hijo es rebelde y no quiere nada con Dios, yo les pregunto: ¿le a dado a su hijo un buen ejemplo de amor cristiano desde pequeño?, ¿a orado con el y le a leído la Biblia?, el me dice no, yo le digo con tristeza, ese sufrimiento usted se lo creo.
Si le reclamo a Dios por mi salud y estoy haciendo todo lo contrario de lo que me receto el medico, creo que también me estoy fabricando un sufrimiento evitable.
Analizando estos ejemplos, es claro que la clave esta en OBEDECER, y la obediencia a Dios siempre es para nuestro bien. Es muy desagradable obedecer a un profesor o a un jefe, si lo que esta ordenando es ridículo o perjudicial, pero si la orden viene como un consejo amoroso de parte de Dios y mas aun, un consejo que es cien por ciento favorable hacia nosotros, lo mas inteligente seria decir; ok Señor tienes razón,
Creo que la base para comenzar a obedecer a Dios esta en tomar el habito de leer la Biblia diariamente y de forma ordenada, pidiendo a Dios que nos enseñe y aconseje con sus palabras y nos de la fuerza para obedecer a sus consejos amorosos y sabios que son totalmente para nuestro bien. Recordemos que si Dios es el inventor de la raza humana, el inventor de la salvación y el inventor del amor, todo lo que quiere es amarnos, y no vernos sufrir por un error que EL antes había advertido.
El libro de Proverbios en el capitulo tres nos da las razones y aclaraciones de porque es conveniente reconocer y obedecer a Dios, y poner atención a sus sabios consejos. Te invito a buscarlo y tomar un tiempo para meditar en lo que ahí encontramos.
SANTIAGO MUÑOZ